Durante los últimos años, China ha ofrecido unas condiciones óptimas, en términos de mercado laboral y bajos costes, para que empresas de todo el mundo, situaran en este país los procesos de producción y fabricación de sus productos.
En este contexto, las empresas que subcontratan la fabricación de sus productos en China para comercializarlos en terceros mercados, por lo general no ven necesario proteger sus marcas en China. De hecho, el Tribunal Supremo de dicho país ha venido considerando en los últimos años que no existe infracción de marca derivada de la actividad de fabricación cuando el fabricante local tiene autorización del titular extranjero, siempre y cuando los productos no se vendan en China y la marca esté adecuadamente protegida en el país de destino de los bienes.
Sin embargo, una reciente decisión del mencionado tribunal considera que las actividades asociadas a la fabricación y transporte podrían ser entendidas como uso de la marca y, por lo tanto, ser susceptibles de infringir derechos de marcas de terceros en China.
En este nuevo escenario, resulta sin duda necesario para las empresas que operan en China, ya no solo aquellas que estrictamente comercializan en este país sus productos y servicios, sino también para las que ubican alguna fase de su cadena de producción en este país, evaluar en el contexto específico de su actividad los riesgos de infracción de registros de marcas de terceros en China. Asimismo, también es necesario que establezcan una estrategia adecuada de protección de sus propias marcas.
