El pasado mes de mayo, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual lanzó el nuevo servicio comercial en línea de ámbito mundial llamado WIPO PROOF. Está dirigido a innovadores de todos los sectores ya que crea certificados digitales seguros para los activos intelectuales en formato digital. Es una herramienta adicional de protección de activos digitales muy interesante y a la vez muy necesaria en la era digital en que estamos inmersos, donde la tecnología y el big data relacionados con la innovación y creación avanzan a gran velocidad.
En esta transformación digital vemos un crecimiento exponencial del número de activos intelectuales de empresas innovadoras y creadoras generados en forma de archivos digitales. Algunos de ellos pueden tener asociado un valor, bien por ser activos generados durante la fase de desarrollo de un inventor o creador, pudiendo llegar a convertirse en futuros derechos de propiedad intelectual, o por ser susceptibles de constituir un secreto empresarial.
Cuando hablamos de activos digitales relacionados con invenciones y creaciones que pueden entrañar un valor nos referimos, entre otros, a obras de creación, datos de investigaciones científicas, software, conjunto de datos utilizados para entrenar los algoritmos de inteligencia artificial, bases de datos, partituras o diseños aunque también existen otras informaciones digitales que pueden tener un valor fuera del entorno de la PI, como es el caso de las auditorías. Desafortunadamente, los activos digitales valiosos son sensibles de poder ser utilizados, perderse o ser fruto de una apropiación indebida por parte de un tercero por lo que es crucial que puedan ser salvaguardados de manera fácil, fiable y económica, lo que además contribuye a reducir los eventuales futuros procesos judiciales que se puedan derivar.
Tradicionalmente han existido distintas vías legales para proteger los activos intelectuales en soporte digital en el ámbito nacional, tales como el derecho de autor o el depósito notarial. Por otra parte, la reciente Ley 1/2019, de 20 de febrero de 2019, de secretos empresariales ha permitido la protección de ciertos elementos de know-how como secretos empresariales, pero con las limitaciones de que el elemento debe ser secreto, tener un valor empresarial y ser objeto de medidas para mantenerlo en secreto. Últimamente también han aparecido registros de tipo privado que, como terceros imparciales, certifican un contenido digital mediante sistemas de firma o de sellado de tiempo.
Se podría decir que WIPO PROOF actúa como un notario digital de confianza de ámbito internacional que permite a un usuario generar una huella digital exclusiva con un sello de tiempo (llamada ficha digital) de cualquier tipología y tamaño de archivo digital, ya sea numérico, de imagen, ejecutable, de texto o audiovisual, por medio de un potente algoritmo. Esta ficha digital obtenida y protegida contra la manipulación acredita la existencia del archivo digital procesado en una fecha y hora determinadas y también su posesión, por lo que puede ser perfectamente usada como prueba fidedigna y verificable en caso de controversias y litigios sobre la existencia e integridad de un archivo digital y sus derechos de PI conexos.
Además, otra ventaja de WIPO PROOF es que permite comprobar, a través del mismo sitio web de la OMPI, la anterioridad de la existencia y la posesión de un archivo digital (es decir la fecha y también el nombre de la persona que lo procesó). Incluso existe la posibilidad de que un tercero, distinto al usuario que procesó la ficha digital, pueda validar una ficha digital en el mismo sitio web de la OMPI y revelar su fecha, pero con la limitación de que no puede conocer el nombre del solicitante, lo cual puede resultar interesante.
Precisamente esta doble funcionalidad de WIPO PROOF (procesado y verificación posterior a través del mismo sitio web), junto con su gran accesibilidad desde cualquier punto del mundo, su versatilidad en cuanto al tipo de formatos digitales aceptados, su reducido coste, rapidez de registro y fiabilidad son las grandes ventajas de este nuevo sistema respecto a otros más tradicionales.
También cabe destacar que esta nueva herramienta está gestionada y administrada por la OMPI, autoridad de enorme prestigio internacional, que garantiza una total fiabilidad de que la fecha y hora de la ficha digital son exactas y no han sido manipuladas, en contraposición a otras alternativas privadas o bien de ámbito nacional existentes hoy en día.
Otro aspecto interesante es que la OMPI no copia ni almacena el contenido del archivo digital original del que se crea una ficha digital, sino simplemente certifica que ha existido en esa forma y que se encontraba en posesión del usuario en un momento determinado.
En definitiva, estamos delante de un nuevo mecanismo de protección útil para innovadores, creadores y empresas de cualquier parte del mundo que complementa a los otros sistemas de registro de PI tradicionales: patentes, diseños, marcas, derechos de autor o secretos comerciales.
Artículo de Diana Mariné.