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3 de marzo de 2020

¿Quién es el inventor de una invención desarrollada por IA?

La OEP (Oficina Europea de Patentes) rechazó las solicitudes EP 18 275 163 y EP 18 275 174 en las que se designó un sistema de inteligencia artificial como inventor, después de una vista oral con el solicitante en noviembre de 2019, por no cumplir con el requisito legal del Convenio de Patente Europea por el que un inventor designado en la solicitud debe ser un ser humano y no una máquina.

En ambas solicitudes, se denomina como inventor a una máquina llamada «DABUS», que se describe como «un tipo de inteligencia artificial conexionista». El solicitante declaró que había adquirido el derecho a la patente europea del inventor al ser su sucesor en el título, argumentando que, como propietario de la máquina, se le asignaron todos los derechos de propiedad intelectual creados por esta máquina.

La OEP publicó las decisiones (que pueden recurrirse) en las que se exponen los motivos de dicha negativa el 27 de enero de 2020.

En sus decisiones, la OEP consideró que la interpretación del marco legal del sistema europeo de patentes lleva a la conclusión de que el inventor designado en una patente europea debe ser una persona física y que, para ejercer sus derechos legales asociados, el inventor debe tener una personalidad jurídica que los sistemas o máquinas de IA (Inteligencia Artificial) no tienen.

Surge entonces una pregunta con respecto a qué persona física es el inventor de una invención desarrollada por IA: el experto en informática que programa la IA, el experto en ciencias en el campo de la técnica en el que se basa la invención, una persona experta en una mezcla de ambos campos de la técnica, tal como un experto en quimioinformática o un experto en bioinformática?

La forma de responder a esta pregunta debe evaluarse caso por caso, porque en algunos casos es realmente difícil saber si todas las personas físicas mencionadas anteriormente han contribuido a la invención.

Por ejemplo, unos investigadores del MIT identificaron un nuevo compuesto antibiótico potente mediante el uso de un algoritmo de aprendizaje automático. El compuesto ya era conocido, pero no para el nuevo uso descubierto, y se seleccionó automáticamente mediante el cribado de más de 100 millones de compuestos químicos en cuestión de días.

En este caso, parece que fue el desarrollo de nuevos modelos informáticos predictivos la clave que condujo al descubrimiento del nuevo uso del compuesto ya conocido. Sin embargo, las personas que pensaron que algunos de esos compuestos conocidos podrían tener un uso como antibiótico contribuyeron de hecho a la invención.

Si esta pregunta no se responde claramente proporcionando pautas de evaluación apropiadas para determinar qué personas realmente hicieron una contribución inventiva a este tipo de invenciones de IA, en el futuro se prevén disputas de derechos tanto en cuanto a quienes tienen calidad de inventor como de titularidad.

Artículo de Joaquim Ferrer.

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